Que dice Ana Morgade, después de cantar y bailar Devuélveme a mi chica de Hombres G, que hay que ver qué feo está eso de decir “mamón” y “marica” porque no es un insulto y que las mujeres “no somos un bolso… a Ana, no le gusta la letra de las canción ni a los que allí estaban, que le dieron la razón. Miedo me da el día que pongan a Siniestro Total o la de Sí, Sí… de Los Ronaldos, por cierto, de mis favoritas.
Porque claro, si ahora nos definen las letras de las canciones de hace cuarenta años pues yo, además de incorrecta seré machista y cosas peores si me escuchan cantar que Lola se gana la vida trabajando en una esquina de Alarma o sé que la mataré de Loquillo y no te digo 15 años tiene mi amor del Dúo Dinámico.
¡Estamos imbéciles! Este revisionismo absurdo que hace que ya no sea nada como lo hemos conocido y que, de repente, los Diez negritos de Agatha Christie se conviertan en Y no quedó ninguno, que Superman sea bisexual y que sea misión imposible encontrar en plataformas películas como Peter Pan, Dumbo, los Aristogatos o Lo que el viento se llevó por ser xenófobas y racistas, porque claro, un niño puede tener acceso al porno en la palma de su mano pero ver películas de Disney “con estereotipos equivocados”, eso no… ¡hasta ahí podíamos llegar!
¡Ay si supieran lo que disfruté este verano en el cine viendo la irreverente Voy a pasármelo bien!Fui con mis amigas de toda la vida, cantamos, lloramos, reímos, recordando y añorando amores adolescentes y lo crueles que eran los niños (y las niñas)… Cuando “se pedía salir”, cuando llamar por teléfono a una casa era un acto de valentía y rezabas para que no lo cogiera ni la madre ni el padre, cuando la amistad era sagrada, cuando las niñas y los niños eran precisamente eso, niños…Todo envuelto en una ingenuidad y felicidad maravillosas lejos de las miradas sucias y de la moralina impostada e irracional que pretende imponernos esta nueva “policía de la moral occidental”.
Les confieso que me fascina sumergirme en la máquina del tiempo que es la música. Evadirme y volar a momentos en los que fui feliz, en los que parecía que las letras de las canciones estaban escritas para mí y que a día de hoy me encanta seguir creyéndolo… Épocas donde la libertad era de verdad, donde no tenías miedo a hablar o a pensar diferente, tiempos en los que lo absurdo no nos distraía de lo importante.
Y una cosa más querido, Roberto Leal, Devuélveme a mi chica no es que haya envejecido mal, es que el “ofendidismo”se ha apoderado de nuestros días.
Comentarios recientes