¡Vaya semanita llevamos! Aunque bueno, esto ya va siendo normal, será que esto de la nueva normalidad, realmente era volver a lo peor de la normalidad que conocíamos.
Y mientras los ciudadanos estamos haciendo lo posible por salir adelante, por vivir y sobrevivir a cada día y sus circunstancias; ahora que lo que queremos por encima de todo es ser “negativos”, tenemos que acudir cada día al espectáculo bochornoso de los que “nos mandan sin saber”.
La última la veremos esta mañana… bueno, no será la última, siempre será la penúltima.
Y para nuestra sorpresa, de los creadores del “¿de quien depende la fiscalía?” ha llegado el “Todo el mundo sabe lo que va a decidir el Tribunal Supremo”, da igual que el Supremo ni siquiera se haya sentado a estudiar el caso, nuestro vicepresidente ya sabe lo que va a decidir y por eso ve “inconcebible que se le impute”. ¿Cómo era eso de la separación de poderes…?
Y si tú mandas, yo mando más. Si tú pones medidas, yo pongo las mías. Viendo el espectáculo al que estamos asistiendo estos días, igual sobraban banderas y faltaba sentido común. Lo que no puede ser es que nos hagan asistir a esta vergüenza y volvernos locos. Ahora salís, ahora no salís, ahora un Tribunal dice que os podéis mover, pero en vísperas de un puente me asusto y salgo corriendo a decir que no, que no os mováis, aunque realmente fueron las medidas que yo recurrí ante los Tribunales. Y si tú te crees que mandas, yo mando más, que para eso puedo hacer decretos y reales decretos. Y si no me gusta lo que dicen unos jueces pues también les dejo claro quien manda aquí.
Lo que no puede ser, es que los ciudadanos no seamos iguales ante la ley. Que según el sitio donde vivamos nos traten de una manera o de otra. Que nos midan por el color de nuestra Comunidad Autónoma, que no será así, pero desde luego, es la sensación que nos da. Y a todo esto, nos restringen la movilidad, que sin duda, tendrá que ser así, pero las pcr en Barajas y en el resto de aeropuertos ni están, ni parece que se las esperan. Los contagios y los contagiados se ve que no los importamos, que sólo es cosa nuestra.
En fin, que ya veremos lo que pasa hoy y si por una vez son capaces de ponerse de acuerdo y velar por nuestra salud, eso que les encanta decir… Porque de momento lo único que hacen es enfrentarse y peor aún, enfrentarnos, entre barrios, entre ciudades, entre Comunidades Autónomas; “o conmigo o contra mi”. Veremos si en Madrid volvemos a un estado de alarma, de alarmita o nos quedamos como estamos, aunque no sabemos muy bien cómo estamos. Lo que está claro es que con tanto lío, lo que estamos es cada día más abochornados y realmente alarmados.
Esther Ruiz